Ordinario traduce etimológicamente, que pertenece al orden, común, regular. Día a día, estamos repletos de hiperinformación, que indudablemente, contribuye a que perdamos detalles, con la unión de las rutinas, que se siguen regularmente para poder cumplir con los objetivos y metas, en un mundo que exige más y más.
Muchísimas personas en las últimas décadas buscan calmar la desazón de buscar la paz interior con los logros materiales. Sin desmeritar la importancia de bienes materiales, también es de sumo valor poder cultivar el potencial del ser humano, de tener armonía, paz interior, autoestima y autoaceptación.
Al hombre en sus limitaciones, mitos y creencias, se le ha enseñado que puede controlar lo externo, así quiere manejarse como un sistema lineal, donde parece que quiere se mantenga en un orden predecible, a través de la rutina, y lo ordinaria que puede tornarse la vida.
La vi-da, que traduce etimológicamente ver y dar, nos regala cada día, momentos y experiencias diferentes, en la sencillez de un amanecer, en la sonrisa del ser humano, y en las alegrías de vivir, con entusiasmo, motivación, y aprendizajes constantes.
Sin embargo, cerebros con poca madurez y desarrollo, pueden mostrar a seres, que pelean, se juntan y quieren hacer desdichados a otros, que piensan que la vida debe ser concebida tal como ellos la observan y sienten, a través del estilo de pensamiento caótico-patológico, donde la consigna emocional es: “sentirse mal para sentirse bien”. Estos individuos con este estilo de pensamiento, rara vez disfruta de un amanecer, del clima de la ciudad donde viven, o de algún acontecimiento ordinario. Los demás son los culpables de sus situaciones, y les cuesta poder ser responsables para direccionar su vida.
El segundo estilo de pensamiento absolutista-dictador, cuya consigna emocional es: “fingir que es fuerte porque es débil”. Refiere a una persona que dictamina como debe seguirse un guión o actuar, donde se impide cuestionar o razonar, las cosas son así y punto. Podemos ver, como países van a guerras, por este estilo de pensamiento, donde el tener y el poder para aplastar predomina; así también sucede a nivel personal, de pareja y organizaciones, quienes usan este estilo de pensamiento en un gran porcentaje inhabilitan al otro con el que se relaciona para una conjunción armónica, empática, transparente y de valor en los resultados.
El tercer estilo de pensamiento en el ser humano, es el ecuánime-asertivo cuya consigna emocional es: “generar entusiasmo, alegría, inspiración y motivación para la obtención de resultados extraordinarios”; quienes usan este estilo de pensamiento, articulan, integran y promueven el uso del neocórtex o prefrontal activado, para la trascendencia, se siente bien el interactuar con estos individuos, donde ven oportunidades donde otros solo suelen ver debilidades o fracasos. Estos seres humanos, habilitan mentalmente un mundo diferente, disfrutan de un amanecer, del sitio donde viven, de la empresa donde laboran, y del mundo donde habitan. Aunado a esto, usar el neocórtex, con este estilo de pensamiento proporciona endorfinas y la bioquímica para tener un sistema biológico saludable.
Transformar lo ordinario en extraordinario, pasa por la ecuanimidad y asertividad, donde priva la ética, la justica, el bienestar, así como también, la privacidad, el pudor, la justicia, la ecología, la libertad, la paz interior y exterior.
Este hombre humano, proyecto inacabado del creador, con su lento ritmo evolutivo cerebral desde el homínido, hombre que vivía en nidos o cuevas, hasta el hombre actual, no necesariamente, potencia las cualidades del neocórtex para ver, escuchar y sentir la maravilla de habitar una familia, organización, sociedad, mundo, desde la asertividad, de no ser tú, sino encontrar lo extraordinario del otro que hay en ti, para la alquimia del hombre sensible que disfruta de cada acontecimiento con la perspectiva psicolingüística, “de mi estilo de pensamiento depende mi vida”; tal como lo establece el Dr. Torres Jiménez.
Gracias por leerme, donde quieras que te encuentres hombre humano.